¿Hace cuánto que me abandono?, no lo sé, me hago esa pregunta frecuentemente, ya las horas los días las semanas me pasan igual...
Recuerdo, recuerdo con lucidez y perfectamente aquellos momentos que me regalo, aquellos segundos que su mente me pensó, aquellos maravillosos instantes donde sus ojos lo único que pudieron observar fue mi rostro.
Pero ahora, ya no hay nada de eso, ahora ya la soledad me acompaña, su recuerdo me persigue y su esencia me hace estremecerme porque cada vez lo recuerdo menos.
No fueron sus ojos, o sus labios, ya que sé que lo físico solo es un portal para poder observar nuestra verdadera alma, es solo una forma de poder tocar lo imposible de poder tocar los sentimientos, porque no he podido sentir más el amor que cuando él me miraba y me acariciaba el rostro con esa sonrisa de alivio, de amor.
Ahora me duele, más que la herida más profunda jamás hecha, me duele no poder tenerlo conmigo, no es solo el abismo de la distancia terrenal la que nos separa...
Dos años, tal vez tres han pasado desde su ausencia, el delirio y la locura ya comienzan a olvidarse de mi pero yo de el nunca.

Sus labios ahora fríos, enterrados, ya no tienen vida ya no sonríen, ya no besan, solo se dedican a desintegrarse a permanecer quietos, solos...
Solos, como todo su cuerpo, solo, y sin nadie que vele por él.
No culpo a nadie, ni a dios, ni ha ningún ser humano por lo que paso, solo culpo al destino por no haberme llevado con él, por no estar presente en ese lugar terrible de sueños rotos y esperanzas consumidas, tal vez estaba asustado, de eso si me culpo de no haberle quitado el miedo, de no estar cuando me necesitaba.
Pero tal vez se llevó con él, parte de mi vida, parte de mi alma cuando me dejo, y ahora solo espero con ansia poder verlo de nuevo...
Decirle, aquí estoy ahora, lamento no haber podido estar contigo, lamento haberte abandonado mientras yo estaba allá con todos tus amigos, con tu familia y tú estabas solo.
Pero ahora yo estoy contigo y no me iré jamás, no podre escaparme de tus brazos nunca, no huiré de tus besos, los disfrutare por toda la eternidad hasta que se termine el tiempo y el universo colapse. No me iré jamás, no te abandonare como lo hice antes, pero lo lamento no pude encontrar la manera de venir a alcanzarte, no encontré nadie que accediera a terminar con mi tortura, no pude terminarla yo solo soy demasiado cobarde.
Solo espero que, me perdones y que todos en la tierra respeten nuestra unión física por debajo de 6 metros de tierra y escombro, así como nosotros ahora estamos unidos del alma aquí en el cielo.
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