Que había pasado ahora con su vida. Eso se preguntaba una y otra vez, pasó de ser extraordinariamente estúpida a la broma más grande jamás existente se decía a sí mismo. Y es que, uno siempre piensa que la vida es corta que hay que disfrutarla pero ¿y si tú te la haces corta a fuerzas solo por querer vivirla?
El peligro de todo esto ya no importaba las sensaciones existentes saciaban el vacío de su alma y le otorgaban un perdón infinito a todos sus pecados, aunque estuviera realizando el peor y más imperdonable de todos, ¿“amar”?, este término es tan relativo que decirlo a la ligera puede ser tan peligroso como lanzarse al vacío y sin embargo sus almas se habían unido con esta palabra.
¿Almas? ¿En verdad las poseían? o ¿era un simple sentimiento de que hay algo puro e imposible de pervertir que es todo nuestro y está dentro de nosotros?
No lo sabía, pero al final ¿que importaba? Su vida se terminaba con cada suspiro, con cada latido de su corazón y con cada pensamiento.
“Morir no solo significa dejar de vivir físicamente en este mundo, puedes morir viviendo y terminar como un cuerpo vacío sin pensamientos y recuerdos”, de eso ya se había dado cuenta cuando decidió tomar el riesgo.
Pero no podía, no quería dejar de hacerlo no quería dejar de amarlo aunque eso le costara la existencia, había adelantado el reloj que le contaba los segundos, las horas, los días, ahora para el todo iba lento y calmado, mientras el veía que se le consumía el cuerpo a la velocidad de la luz, solo la promesa de la eternidad le parecía interesante cualquier otra cosa era absurda y tonta.
La única forma de que la inmortalidad lo invadiera y lo embriagara era terminar con la tortura, asfixiarla para siempre y enterrarla en un mar de recuerdos donde el tiempo no transcurre y la vida dura para siempre.
Fue hasta que la sangre, que no era especial ni diferente a otra, corrió lentamente por el suelo y resbalo de sus manos, cuando su alma o por lo menos aquel sentimiento de que existe se sintió en paz y eterna, sabiendo que aquel inmortal era suyo exclusivamente y que viviría en sus recuerdos solo para sí mismo.
Porque la palabra “amar” él no la conocería con nadie más pues solo la había pronunciado con el.
“Cuando la gente muere, solo se va lejos. Si hay un lugar donde un alma iría, es a tus recuerdos, la gente que tu recuerdas está contigo para siempre”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario